Ser mystery shopper no es un juego ni una tarea improvisada. En Perú, las auditorías se asignan a personas responsables, observadoras y con criterio. No cualquier persona puede participar: se requiere una mínima capacidad para comprender situaciones reales, seguir instrucciones específicas y redactar con claridad. Por eso, antes de realizar cualquier evaluación, cada participante recibe una capacitación adaptada al tipo de auditoría que va a realizar.
Estas evaluaciones se aplican a comercios, franquicias, restaurantes, servicios de atención presencial o telefónica, y en muchos casos requieren observar detalles que un cliente común pasaría por alto. Se paga por analizar el comportamiento del personal, la experiencia del cliente y el cumplimiento de protocolos. No se trata solo de “dar una opinión”, sino de entregar información útil y bien estructurada.
Los pagos varían según la complejidad de cada auditoría. Algunas se pagan entre S/30 y S/100, mientras que otras más técnicas o que requieren desplazamientos largos pueden superar los S/300.
Todas las auditorías tienen instrucciones claras, plazos definidos y objetivos específicos. Pueden realizarse de forma presencial, por teléfono o incluso online. Algunas incluyen una visita a un local comercial, otras una llamada siguiendo un guion. En todos los casos, el informe debe ser preciso, imparcial y entregado en el tiempo acordado.
Evaluaciones que impactan en todo el país
Estas auditorías no solo se realizan en Lima. En ciudades como Trujillo, Arequipa, Chiclayo, Cusco o Piura también se necesita evaluar cómo se está atendiendo al cliente. Cada zona tiene sus particularidades, y las marcas valoran recibir información local, directa y honesta.
Además del pago, se reembolsa el gasto realizado en una compra o consumo, siempre que esté dentro de lo solicitado. Por ejemplo, si la auditoría es en una cafetería y se pide realizar un pedido específico, ese gasto se devuelve junto con el pago acordado por la evaluación.
También existen auditorías telefónicas, útiles para quienes tienen disponibilidad en casa o prefieren no desplazarse. Allí se analiza cómo responde el personal frente a preguntas comunes, si ofrecen soluciones o si cumplen con lo que promete la empresa. La evaluación no está en la voz ni en el tono, sino en los detalles de la interacción.
El perfil de quienes participan suele ser variado, pero con algo en común: capacidad de análisis, buena redacción y compromiso. Esta no es una actividad para improvisados ni para quien solo busca un ingreso rápido. Se necesita criterio y un mínimo nivel de comprensión de lo que implica evaluar profesionalmente.
Más que una evaluación, un rol con impacto
Cada auditoría tiene un propósito claro. No se trata de criticar por criticar, ni de buscar errores para sancionar. Se busca ayudar a las empresas a mejorar desde la experiencia del cliente, detectar puntos ciegos y generar cambios en la atención.
Por eso se capacita a cada mystery shopper antes de cada auditoría. No basta con ser cliente. Hay que saber observar sin intervenir, tomar nota sin alterar la dinámica, y luego traducir eso en un informe útil. No se espera que actúes ni que mientas, sino que actúes con naturalidad y sepas ver lo que importa.
Cuanto mejor se realiza una auditoría, mayor es la posibilidad de seguir recibiendo encargos. Las marcas valoran la seriedad, la puntualidad y la calidad del análisis. A diferencia de otras actividades temporales, aquí la confianza y la precisión abren nuevas oportunidades.
Además del ingreso adicional, muchas personas descubren que este rol les permite desarrollar habilidades valiosas: comunicación clara, observación crítica, manejo de tiempos y criterio comercial. Y todo eso, sin que nadie sepa que estás evaluando.
Cómo postular y qué tener presente
Si crees que tienes el perfil adecuado, puedes postular a través de nuestra plataforma. Cada persona que representa a nuestra marca en una auditoría ha sido previamente instruida y aprobada. Es la única forma de garantizar que la información que entregamos a nuestros clientes sea confiable, útil y profesional.
Si cumples con lo que se espera, y te interesa aportar desde un rol serio y bien valorado, ser mystery shopper puede ser una excelente alternativa para generar ingresos adicionales, mejorar habilidades y conocer de cerca cómo las marcas construyen su experiencia de atención.